Este proyecto, vencedor del Concurso Memorial para las Ex Presas Políticas, fue promovido por la Intendencia de Montevideo y el Colectivo de ex presas políticas de Uruguay, CRYSOL. El Memorial destaca los vínculos afectivos como la "herramienta más poderosa" para afrontar la adversidad, resaltando la sororidad y los lazos formados tanto dentro como fuera de las prisiones. Estas relaciones permitieron a las ex-presas políticas reconstruir sus vidas y transmitir la memoria histórica de su experiencia.
El Memorial se concibe como un "espacio soporte de interrelaciones", presentando una escala híbrida entre los majestuosos espacios urbanos y los compartidos en los barrios que rodean el Palacio Legislativo. Es un espacio público diseñado tanto para uso cotidiano como para albergar eventos especiales. La ubicación del monumento en un punto de alta visibilidad realza la presencia de las mujeres en un espacio de gran importancia para la ciudadanía uruguaya.
El diseño de la plaza se crea en perfecta armonía con su entorno inmediato, rodeado de calles con alto tráfico. El símbolo más significativo se coloca en el punto de mayor visibilidad, destacando a las mujeres en un espacio urbano esencial para los uruguayos. Este Memorial actúa como un catalizador para encuentros entre diversas personas, fomentando la ciudadanía a través de la memoria histórica. El espacio es fluido, permitiendo que los usuarios lo hagan suyo, y sirviendo como un punto de reunión para el colectivo al que se honra. La importancia del diseño radica en cómo se completa con los usos que las personas le dan.
Se ha preservado la vegetación y los caminos originales, mejorando la conexión del espacio con su entorno y potenciando sus características preexistentes. A estos se les han agregado nuevos elementos que añaden valor y un nuevo carácter al lugar, permitiendo usos que priorizan la vida y los vínculos afectivos. El Memorial es un escenario para reuniones, reflexiones, paseos, luchas y abrazos, un espacio a escala humana que proporciona seguridad y confort a sus usuarios.
El concepto de "la ronda" se traduce en una circunferencia que contiene y posiciona a las mujeres como protagonistas de este momento histórico. Este elemento simboliza la unión y el apoyo mutuo, rememorando también el tiempo de recreo que compartían. Hace visibles a las ex-presas políticas, dándoles un espacio de protagonismo. Una estructura circular espejada se suspende en el espacio, iluminándose por la noche para hacerse presente. Este aro es un símbolo de reunión y visibilidad.
Diez pilares representan el sostén y la lucha, con veinte placas grabadas con los nombres de cada una de las ex-presas, incluyendo espacio para aquellas víctimas no identificadas. Estos pilares son un homenaje permanente a su valentía y resistencia.
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Este proyecto conmemora y celebra los vínculos, la sororidad y la lucha de las ex presas políticas, creando un espacio que no sólo recuerda el pasado, sino que también fomenta la comunidad y la memoria viva entre sus usuarios.