El innovador proyecto desarrollado por Cruz y Ortiz Arquitectos distribuye las áreas de trabajo del edificio en las plantas primera, segunda y tercera. Estas plantas están destinadas principalmente a albergar oficinas de planta abierta, acompañadas por una serie de despachos ubicados en la zona sur. Este diseño contribuye a dotar al inmueble de un carácter más cohesionado y unitario.
El edificio conserva la claridad y simplicidad de su estructura, destacando sus pilares de fundición que se ordenan alrededor de un patio central. Esta disposición no solo garantiza robustez estructural, sino que también mejora la estética del entorno interior. En la cubierta del edificio, se ha creado un espacio versátil pensado para usos múltiples, que incluye áreas para descanso, conferencias, presentaciones y otros eventos sociales. Este enfoque de diseño asegura que el espacio pueda adaptarse a diferentes necesidades, fomentando la interacción y el bienestar de quienes lo utilizan.
Este proyecto, que consiste en oficinas para el Banco Santander, ha sido cuidadosamente documentado a través de la lente del fotógrafo Fernando Alda. La fotografía resalta tanto la belleza arquitectónica como la funcionalidad del diseño, capturando la esencia del trabajo realizado por Cruz y Ortiz Arquitectos.
En resumen, el edificio representa un ejemplo destacado de cómo la arquitectura puede facilitar un ambiente de trabajo colaborativo y flexible, sin perder su identidad y unidad estructural.