Enrico Scaramellini ha abordado el diseño del gimnasio de escalada con una arquitectura sencilla pero impactante. El proyecto emplea un diseño basado en formas poligonales en planta, junto con cubiertas inclinadas, todo ejecutado en hormigón pigmentado. Este enfoque no solo dota al edificio de una apariencia robusta, sino que también lo integra visualmente en su entorno.
El impresionante volumen del edificio se compone de diversas fachadas de distintos tamaños, algunas de las cuales están inclinadas para enriquecer la perspectiva lateral. La combinación de formas poligonales tanto en planta como en sección, junto con la cubierta inclinada, culmina en un volumen que evoca las formas y texturas de las rocas que lo rodean.
La materialidad del gimnasio es fundamental para su expresión arquitectónica. Construido completamente en hormigón pigmentado, el edificio utiliza esta característica para dialogar con su entorno, confiriéndole un carácter metamórfico. Sus excelentes propiedades estéticas y estructurales ayudan a que la construcción se mimetice y se destaque a la vez.
A esta obra escultórica se le han añadido pequeños detalles metálicos en las fachadas que recuerdan cuarzos enjardinados dentro de una gran roca. Estos elementos metálicos aportan textura y detalle al gimnasio, creando un contraste visual con el hormigón.
La fachada sur del edificio cuenta con una extensa superficie acristalada que permite la entrada de luz natural. Este diseño actúa como un gran reflector, transformándose a lo largo del día y marcando el paso del tiempo dentro del gimnasio. La luz no solo ilumina, sino que también infunde el espacio interior con una sensación de dinamismo y movimiento.