En el centro histórico de Madrid, Kresta Design ha reinventado un apartamento del siglo XVIII para el proyecto CASAMILC, conservando su identidad al tiempo que introduce elementos innovadores. La renovación mantiene la esencia arquitectónica de la ciudad: muros de carga de ladrillo, interiores con estructuras de madera, y fachadas adornadas con yeso, ladrillo y granito. En el corazón de CASAMILC se encuentra una espaciosa biblioteca que conecta los espacios y guía las transiciones entre las áreas privadas, orientadas hacia el patio, y las zonas públicas, orientadas hacia la calle.
La materialidad de la renovación crea un puente entre estilos clásicos y contemporáneos. Los suelos de madera clásicos y la carpintería tradicional coexisten con patrones actuales, texturas, transiciones curvas y formas plegables. Mármol rosa portugués, detalles metálicos y colores audaces completan la cocina y los baños, introduciendo una fusión de sofisticación y dinamismo. Todas las imágenes son cortesía de José Hevia y Kresta Design.
CASAMILC busca mantener un diálogo sensible entre su estructura histórica y la intervención del equipo de Kresta Design, respetando el marco original del edificio mientras ofrece una experiencia espacial renovada. La estantería central actúa como un espacio de transición y, revestida con paredes llenas de libros, crea conexiones visuales con otras habitaciones y enmarca vistas de la plaza cercana. El énfasis en el flujo espacial asegura un balance entre las áreas privadas y públicas.
El apartamento refleja el arquetipo residencial por excelencia de Madrid, con edificios de cinco plantas y fachadas ordenadas. El establecimiento incorpora el tejido urbano tradicional con la composición rítmica de su fachada, acentuada por ventanales de hierro forjado y vidrio y balcones de carpintería en madera. En este contexto, el proyecto de Kresta Design se despliega y enriquece las cualidades atemporales del espacio con toques inspirados en el estilo Memphis, preservando su narrativa histórica y revitalizando el entorno habitable al mismo tiempo.
En el rediseño del apartamento del siglo XVIII, el enfoque central es una gran biblioteca que crea conexiones visuales con otras habitaciones. La renovación conserva las características distintivas del tejido urbano de Madrid. Los acentos metálicos y colores audaces completan la cocina, mientras que tonos verdes menta saturan el mobiliario y las paredes de esta área. El mármol rosa portugués recubre el baño, añadiendo un toque elegante y contemporáneo.