La estética de la Era Espacial está de vuelta, manifestándose en sillones con curvas suaves, lámparas de diseño futurista y viviendas que evocan ovnis, subrayando que el único límite es el cielo. Este año marca el 101° aniversario desde que el astrónomo Edwin Hubble revolucionó nuestro entendimiento del cosmos, al demostrar que la nebulosa de Andrómeda se situaba fuera de nuestra Vía Láctea. Este descubrimiento, realizado en el Observatorio del Monte Wilson en California, captó la atención del público y, junto a la teoría de la relatividad de Albert Einstein y la noción del universo en expansión de Georges Lemaître, impulsó una renovada fascinación por el cosmos.
El interés por el universo culminó el 30 de mayo de 1955, cuando Estados Unidos anunció su intención de enviar un satélite artificial al espacio. La carrera espacial se intensificó dos años después con el lanzamiento del Sputnik 1 por parte de la Unión Soviética, un pequeño satélite redondo y plateado que fascinó a artistas y diseñadores de la época, marcando el inicio de un nuevo estilo. En 1957, la exposición Interbau en Berlín exhibió obras de arquitectos célebres como Arne Jacobsen y Oscar Niemeyer en el reconstruido barrio de Hansa, integrando elementos que evocaban el espacio.
Destacaron también en este periodo las obras del artista alemán Hans Uhlmann, quien presentó una escultura con esferas que representaban un sistema solar esquematizado. Al mismo tiempo, el danés Poul Henningsen diseñó las icónicas lámparas PH 5 y PH Artichoke, las cuales mantienen su vigencia y recuerdan tanto a artefactos espaciales como a elementos naturales.
Durante los quince años siguientes, el diseño de interiores experimentó un periodo de innovación con la creación de muebles aerodinámicos y sillas curvadas, que aportaron una estética fresca y futurista a los hogares. Series de televisión como Star Trek capturaron el espíritu optimista y el potencial ilimitado de esta era.
Los arquitectos de la Era Espacial incorporaron diseños que parecían anticiparse al despegue. Eero Saarinen dejó su huella con la Terminal 5 del aeropuerto John F. Kennedy, mientras que el diseñador Matti Suuronen creó la Futuro House, una estructura elipsoidal innovadora por su uso extensivo de plástico. Estas visiones arquitectónicas incluían también la Casa Burbuja de Jean-Benjamin Maneval, compuesta principalmente de plástico.
En España, arquitectos como José Miguel de Prada Poole contribuyeron al movimiento con sus diseños futuristas. Actualmente, muchos jóvenes buscan piezas de la Era Espacial para decorar sus casas, como es el caso del apartamento berlinés de la modelo Stephanie Giesingern, que mezcla lo antiguo con lo contemporáneo para crear espacios únicos.
Hoy en día, el estilo de la Era Espacial perdura en la arquitectura contemporánea, como en el proyecto de una pareja de arquitectos en Johannesburgo que transformó una cabaña en una mansión inspirada en los años 60 y el estilo Op-Art. Elementos originales como ventanales o suelos de baldosa hidráulica se combinan con muebles coloridos y de líneas redondeadas para alcanzar un resultado que parece salido de una película de ciencia ficción.