El edificio, situado en Póvoa de Varzim y cargado de historia, se erigía no sólo bajo las limitaciones de su catalogación patrimonial sino también en el afecto de los habitantes de la localidad, atesorando así el recuerdo colectivo de la comunidad. Nuestros hallazgos revelaron que su anterior dueño, un aventurero de corazón, impregnó en sus muros sus vivencias alrededor del mundo. Esta influencia culminó en una estructura arquitectónica singular y ecléctica, con toques neo-renacentistas, un fenómeno que preferimos llamar arquitectura "reactiva".
Este diseño arquitectónico pretende forjar una delicada convivencia entre la conservación y la novedad, no en forma de crítica sino como una oda a las dos épocas distintivas que moldearon el inmueble.
La propuesta se distingue por una conservación meticulosa de la fachada del edificio, manteniendo su composición formal y estética intachables. Se prestó atención hasta en el más mínimo detalle ornamental y colorimétrico. A esto, se sumó una extensión discreta que facilita el nuevo propósito del inmueble, englobando un local comercial en la planta baja, así como departamentos tanto en el primer piso como en el ático. Esta ampliación se diseñó tomando como referencia el color menos dominante de la estructura original (el rojo) e introduciendo una dinámica vertical que contrasta con las líneas horizontales preexistentes, logrando diferenciar claramente ambas fases de construcción. La separación de entradas para cada función del edificio resultaba crucial, ubicando con sutileza el acceso comercial en el vértice de la esquina y el residencial en una calle más apacible, además de integrar discretamente el acceso vehicular en la fachada ampliada para facilitar la carga y descarga.
En lo que respecta a la disposición interna del nivel intermedio, su geometría irregular se organiza a través de un eje longitudinal para distribución y un eje transversal para el movimiento vertical. Este último conecta de forma fluida los dormitorios con las áreas comunes y la suite del ático.
Contrastando con la fachada llamativa y su rica paleta cromática, el interior opta por un enfoque más sutil. Los espacios de transición, tanto en función como en nivel, se destacan con toques cromáticos elegantes dentro de un ambiente predominantemente blanco, estableciendo así una jerarquía clara de elementos de diseño.