Después de años viviendo en una espaciosa vivienda, la propietaria decidió dar un paso significativo al mudarse a un apartamento más compacto. Al comenzar a vivir sola, su objetivo era que este nuevo hogar reflejara su rica historia de vida y conservara los preciados recuerdos de su residencia anterior. Así, elementos icónicos de la antigua vivienda se hicieron presentes en su nuevo hogar, especialmente los arcos en el techo de la sala.
Los arquitectos tomaron inspiración de los arcos de la fachada de su casa previa, conocidos por su capacidad para capturar luz natural. Estos influyeron en el diseño de nuevos arcos en el techo de la sala del apartamento, un área central para la vida familiar. Además, la terraza, que se une visualmente a la sala, fue diseñada para acoger a los nietos. Con una mesa redonda y un amplio banco, esta combinación se complementa gracias al uso de un panel de contrachapado marino que abraza el sofá e ilumina las paredes de estuco pintadas de blanco, evocando la estética original del anterior hogar.
El mueble de la TV tiene un lugar especial para un álbum de fotos familiar, resguardado bajo una campana de acrílico, asegurando que la rica historia de la familia esté siempre visible y protegida. Asimismo, el diseño del proyecto refleja vividamente la personalidad de la propietaria a través de vibrantes colores, como el rosa, y la calidez intrínseca de la madera.
Conociendo bien las rutinas de la clienta, los arquitectos propusieron un diseño que se ajusta a su estilo de vida actual, ayudando en su transición a este nuevo espacio. Por ejemplo, la cocina fue planificada para replicar el sistema de almacenamiento de su previa residencia, y la ergonomía fue cuidadosamente adaptada al ajustar alturas y eliminar esquinas peligrosas, proporcionando así un entorno seguro y cómodo.
Un punto crucial del proyecto fue asegurar la accesibilidad en toda la vivienda, lo cual involucra ajustes en dormitorios, baños y pasillos. Esto incluyó ampliar aberturas de puertas, nivelar superficies desniveladas y aumentar las áreas de apoyo en encimeras, promoviendo así la independencia y la movilidad.
Se realizaron esfuerzos significativos para maximizar el ingreso de luz natural, como la ampliación de aberturas y la eliminación de marcos y espejos que duplicaban ventanas. En la cocina, un lugar de importancia donde la propietaria disfruta cocinar para sus nietos, se instaló un espejo en arco que refleja la ventana, una estrategia que no solo mejora la iluminación natural, sino que también rinde homenaje a los emblemáticos arcos de su antigua casa.
Este proyecto es un testimonio de cómo el diseño puede encarnar memorias pasadas y ajustarse a nuevas necesidades, creando un hogar que es a la vez un refugio de recuerdos y un espacio para nuevas experiencias.