En el rincón más retraído del centro Salesiano Don Bosco en Mestre, se encuentran una serie de fachadas que en conjunto forman un vacío diseñado para transformarse, con el tiempo, en un jardín. Este espacio verde está compuesto por césped y varios árboles de especies y tamaños variados que fueron plantados al azar, sin seguir un diseño específico. Inicialmente, este jardín se percibía como una isla dentro del vacío que los edificios crean a su alrededor, separada de estos por un anillo casi impenetrable de asfalto que es atravesado por vehículos y usado como estacionamiento.
En el 2020, con la irrupción del Covid-19, este espacio verde se convirtió en una oportunidad para realizar actividades al aire libre que, debido a las restricciones sanitarias, ya no podían tener lugar en interiores. El jardín deshabitado empezó a ser utilizado de manera espontánea como un espacio exterior inclusivo. Se colocó un pabellón temporal en medio del césped, usado tanto como aula al aire libre como punto de reunión. Los estudiantes comenzaron rápidamente a hacer suyo el jardín completo, colocando sillas y mesas en las zonas sombreadas y marcando con sus movimientos los senderos que servirían de base para el proyecto de reurbanización.
Iniciado en 2022, el proyecto de reurbanización no hizo más que formalizar, consolidar y reorganizar las huellas de las prácticas que dieron un nuevo uso y significado a este espacio desde 2020. Los componentes del proyecto incluyen:
El jardín no solo se conformó con su reurbanización interna, sino que también rompió su perímetro para invadir la franja de asfalto circunscrita. Al hacerlo, erosionó parte de su superficie para dar cabida a nuevos maceteros con formas orgánicas. El residuo de esta franja de asfalto, que ahora solo permite acceso a vehículos de emergencia, ha pasado de ser un elemento separador a convertirse en un medio de conexión entre el jardín y los pórticos de la escuela, así como en un potencial lienzo para futuras intervenciones de arte callejero.
La intervención no solo revitalizó un espacio subutilizado con infraestructuras adecuadas, sino que también fomentó un nuevo uso comunitario del mismo, adaptándose dinámicamente a las necesidades emergentes de la pandemia.