El concepto propuesto por Nendo se despliega sobre la terraza en una serie de seis cabañas de veinte metros cuadrados cada una. Cada cabaña ofrece diferentes orientaciones, alturas y funciones, creando una intrincada coreografía arquitectónica. Este conjunto de volúmenes interactúa en armonía con el paisaje que las rodea, generando pequeños espacios con atmósferas únicas, al tiempo que logran conservar una sensación de cohesión bajo una misma cubierta.
La estructura metálica en la que se basa este diseño permite que la edificación aparente flotar sobre la pendiente del terreno. Este enfoque no solo brinda un toque innovador, sino que también establece una sutil integración con el entorno natural. La materialidad elegida para los cerramientos de la casa garantiza un contacto respetuoso y coherente con el ecosistema delineando su alrededor.
El proyecto hace uso constante de la madera, junto a grandes superficies acristaladas en todas sus habitaciones, cultivando una atmósfera cálida y acogedora. Estos elementos persiguen el objetivo de mantener una conexión continua y fluida con el entorno natural. Así, los ocupantes se ven inmersos en un espacio que resalta la calidez y confort, con vistas que emulan pinturas vivas del paisaje exterior.
La obra, llamada 'Hand-in-hand House' por Nendo, captura la esencia de vivir en armonía con la naturaleza. La fotografía del proyecto, realizada por Masahiro Ohgami, refleja la interacción entre diseño y naturaleza, destacando las cualidades arquitectónicas que permiten a la vivienda convertirse en un santuario flotante en medio de un entorno deslumbrante.